HISTORIA INSTITUCIONAL

Celebración de la Murguita
Regreso a primera en el 94
ESTADIO 23 DE AGOSTO

     El Club Atlético Gimnasia y Esgrima tiene su origen en el Club Deportivo 23 De Agosto, fundado en enero de 1928 y abocado al fútbol desde sus inicios, además de otras actividades culturales. De la disolución de esta institución surgiría el nuevo club, un 18 de marzo de 1931, por la impronta de Tomás Yufra y otros socios para renovar el espacio, manteniendo este su perfil deportivo con especial predominancia del futbol, aunque también con otras disciplinas como el básquet. Las primeras disposiciones fueron la solicitud de adhesión a la Liga Jujeña de Fútbol (LJF) y la adopción de los colores celeste y blanco para el uniforme.

     La primera sede social daría señales del carácter céntrico de la flamante institución, ubicándose cerca del actual corazón de San Salvador, en el pasaje Ernesto Claros, para pocos después moverse algunas cuadras a Patricias Argentinas y finalmente a la calle Lamadrid. Por otro lado, se obtuvo la personería jurídica, solicitada al Ejecutivo Provincial, en 1942.

   Tiempo y trabajo fueron necesarios para consolidar al Lobo en la escena local, algo que terminaría sucediendo principalmente mediante el fútbol. En la década del ’40, llegaron los primeros éxitos y palmarés en la Liga, además de su primera participación en un certamen nacional de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la Copa de la República 1945. Sin embargo, el club desciende de categoría en 1960, viéndose obligado a tomar impulso desde abajo para rearmarse.

   Con la conducción de varios dirigentes notables, entre los cuales se destacó Hugo Fayek Llapur, la década del ’60 vio la consolidación de Gimnasia como el amo y señor del fútbol jujeño, logrando el ascenso y nuevos títulos. Durante este periodo, el club expande su protagonismo en el ámbito local con la diversificación en otras disciplinas deportivas, tales como el rugby, la natación y el atletismo. También por aquellos años surgió la primera rifa del club, una forma de recaudación que de a poco fue creciendo hasta convertirse en una tradición de la sociedad jujeña (actualmente el Bingo Lobo sigue siendo uno de los principales soportes del club).

     Gimnasia ya era el principal animador de la LJF y uno de los equipos más competitivos de la región cuando el fútbol argentino tuvo su primera gran transformación. A partir de 1967, los clubes del interior podrían incorporarse a los torneos de fin de año organizados por la AFA, denominados Nacionales. Para ello debían primero adjudicarse los torneos Regionales, ganando Gimnasia ese derecho por primera vez en el año 1970 y más adelante en 1973. Justamente en este último año, bajo la presidencia de Llapur, el club inaugura su propio estadio, al que decide nombrar 23 de Agosto, en honor la epopeya jujeña y a los orígenes del club. Las incursiones por todo el país empezaban a agigantar la popularidad de Gimnasia hacia todos los rincones de la provincia.

     A partir de 1975, un nuevo cambio de AFA le permitió al club acceder de modo directo a los Nacionales, ya que la LJF obtuvo un cupo directo a la competencia. Con este formato, el Lobo logró su mejor campaña histórica en Primera División. La Murguita fue llamada esa memorable formación conducida por Hugo Cid Conde, que alcanzó el 4° puesto final. Gimnasia también participó bajo esta estructura en los Nacionales 1976, 1977, 1980, 1981 (donde alcanzó los cuartos de final) y 1982. Paralelamente, por esos años incluyó entre sus disciplinas locales al hockey y nuevamente al básquet.

     Para el año 1986 se produjo un nuevo cambio significativo en el fútbol de AFA, adoptándose el calendario europeo de invierno a invierno y creándose una segunda división conformada por equipos del interior y de Buenos Aires, denominada Nacional B. Gimnasia logró ser el representante jujeño en la primera edición de este torneo, al adjudicarse un clasificatorio organizado por la LJF. En la final del mismo derrotó a Talleres de Perico, en una apasionante serie de tres juegos que se cerró por penales en el Estadio Emilio Fabrizzi de Palpalá.

     Esta nueva línea de competencia provocó un cambio redundante en el fútbol de Gimnasia, disputando desde entonces la LJF no con su primer equipo, sino con su reserva (conformada por jugadores de inferiores) y ocasionalmente con un equipo mixto (algunos jugadores profesionales). A pesar de este éxito inicial, el club comenzó a atravesar una de sus crisis más resonantes, misma que lo llevó a una debacle institucional y deportivo. En ese contexto, varias actividades de Gimnasia fueron descontinuadas y en 1988 el equipo del Nacional B descendió.

     Una nueva camada de dirigentes tomó las riendas y, tras superar una convocatoria de acreedores, la venta de la sede de la calle Lamadrid y el casi remate del 23 De Agosto, de a poco el Lobo comenzó a ponerse de pie. Raúl Ulloa asumió como presidente en el año 1989, liderando el saneamiento del club e iniciando un largo mandato como conductor, mismo que se centraría en un perfil casi exclusivamente futbolístico.

      Inició el renacimiento de Gimnasia. Para 1992 se logra la conformación de una importante base que iniciaría un nuevo ciclo de éxitos. Primero, se logró el regreso al Nacional B, con Salvador Ragusa dirigiendo al equipo que se consagró en la temporada 1992/93 del Torneo del Interior. En la final, se derrotó a Chacarita en tiempo extra con un gol de Rubén Morelli, celebrado por un recinto colmado de almas que veían el resurgimiento de su equipo materializado en un ascenso. Para la temporada B Nacional 1993/94 se contrató como DT a Francisco Ferraro, quien tomando la base de Ragusa logró armar a uno de los mejores equipos de la historia de la divisional. En la última fecha del torneo, Gimnasia venció 3 a 0 a Central Córdoba de Rosario, se consagró campeón y regresó a la Primera División tras 12 años de ausencia.

      En la máxima categoría, el club logró una inesperada consolidación que lo llevó a disputar 12 torneos consecutivos entre los años 1994 y 2000. Las mejores actuaciones fueron en el Apertura 1995, donde alcanzó el 8° puesto, y el Clausura 1998, donde igualó la campaña del ’75 con un nuevo 4° puesto. Se trató de una de las primeras incursiones prolongadas y exitosas de un equipo del interior indirectamente afiliado en el fútbol grande.

      Gimnasia sufriría la pérdida de categoría en el año 2000, regresando a la B Nacional. A pesar de dejar atrás su época de oro, el club se renovó para intentar regresar a Primera lo más rápido posible. Además, durante esta década volvió a imponer su protagonismo en los campeonatos de la LJF, ahora con el semillero del club tomando las riendas. En la temporada 2004/05, de la mano de Francisco Ferraro primero y Mario Gómez después, Gimnasia logró un nuevo hito. A pesar de perder ante Tiro Federal en la final de campeonato, pudo ganar el segundo ascenso en juego al vencer a Huracán. Nuevamente en Primera División, el Lobo volvió a formar un equipo competitivo, que en el Clausura 2006 alcanzó una vez más el 4° puesto. El club se mantuvo en la categoría hasta 2009 y, desde entonces, busca su retorno.

      Ese mismo año Gimnasia fue uno de los tres clubes elegidos como sede de la Copa América 2011. Se inició una remodelación del 23 De Agosto que lo convirtió en un estadio de primer nivel y en uno de los más importantes del interior del país.

      Aunque ya pasó más de una década de buenas y malas desde el último descenso, Gimnasia sigue creando momentos para la memoria colectiva jujeña. El más vivo ejemplo tuvo lugar en 2014, donde con un inmenso apoyo por parte de la provincia, el Lobo logró remontar varias temporadas adversas y salvarse del descenso en la última fecha del torneo, al vencer a Aldosivi por 3 a 1. Por la épica futbolística, pero esencialmente por el clamor popular del momento, la fecha del suceso, el 8 de Junio, fue elegida por la fanaticada albiceleste como el Día del Hincha del Lobo Jujeño (oficializado en el año 2020 por el Concejo Deliberante de San Salvador de Jujuy).

     Desde el año 2017, la tradicional dirigencia albiceleste que ocupaba la conducción hace más de 25 años, fue sucedida por nuevas camadas sucesivas. Las mismas fueron armadoras, en primera instancia, de un nuevo acercamiento al perfil social de la institución y, luego, del rearmado de otras disciplinas por afuera del fútbol. Superando un periodo de vaivenes institucionales, la más reciente conducción estuvo dirigida por Juan Brajcich y, desde este año, por Walter Morales.

Octavio Rojas (Coordinador Área de Historia)